Felicidades.

Dos, cuatro, seis, ocho...el tiempo pasaba sin que ella se inmutara. Graciosa, sencilla, de pelo oscuro, tumbada en la cama eso te lo aseguro. Diez, doce, catorce... amable, graciosa y frágil, como el resto quizás, ¿que más da? Ella era única, de verdad. 
Dieron las doce y era mayor, tal vez no por dentro....cambió su exterior. Dulce y alegre, como los cerezos en flor. Siempre presente, quizás en tu mente. Un año mayor, seguía siendo un amor. Atenta, dedicada, un poco alocada, ¿que iba a hacer ella? Estuvo enamorada. 
Ojos claros, mente sana...vivía extrañada ¿que más da? aún así amada. Cumplía otro año, seguía igual de guapa. Con esto se despide, la pequeña enrevesada.




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